lunes, 24 de octubre de 2011

Solidaridad con Cuba

Declaratoria de Principios del XI Encuentro de Solidaridad Con Cuba

Hermanos Latinoamericanos, nos convoca la historia, la visión de una Patria Grande Latinoamericana de Simón Bolívar y José de San Martín, pasión y convicción.

En el marco del 52 aniversario del Triunfo de la Revolución cubana, del 50 aniversario de la Victoria de Girón y la Declaración del Carácter Socialista de la Revolución, y la reciente celebración del VI Congreso del PCC, Cuba sigue siendo un referente para los pueblos del mundo entero por su esfuerzo por construir una sociedad más justa, basada en el Socialismo y la Solidaridad humana.

La hermana República logró sostener su Revolución el 1º de enero de 1959 con sacrificio y heroísmo. Para celebrar y defender la memoria de nuestros pueblos, para afirmarnos libres y soberanos ¨…Ratificamos nuestra solidaridad con la Revolución Cubana, su pueblo, su gobierno y sus inmensas realizaciones sociales, políticas y económicas…¨ (Declaración final X Encuentro MASCUBA).

Cuba por más de cinco décadas ha tenido que enfrentarse a un criminal Bloqueo, a constantes ataques económicos y políticos, a un sin fin de atentados terroristas, y la privación ilegal e ilegítima de la Libertad de cinco de sus mejores ciudadanos por parte el gobierno de Estados Unidos. Cuba sigue siendo un ejemplo de lucha y dignidad, entre otras cosas, por sus logros y avances en materia de salud, educación, ciencia, deporte y ha llevado beneficios incuantificables a otros países del mundo. La Revolución cubana a lo largo de los años ha demostrado su compromiso con quienes en cualquier lugar luchan por un mundo mejor.

El XI Encuentro MASCUBA se llevará a cabo los días 26 y 27 de noviembre de 2011 en el marco del Día de la Soberanía Nacional, tendrá como sede la ciudad de Posadas, provincia de Misiones; ¨tierra sin mal¨ del pueblo Guaraní, que le dio cuna al comandante Guevara, que tiñó los colores de la bandera con la sangre de Andrés Guacurarí y que hermana con ríos como brazos a Brasil y Paraguay.

En 1967 Ernesto ¨CHE¨ Guevara decía: ¨…Y si todos fuéramos capaces de unirnos, para que nuestros golpes sean más sólidos y certeros, para que la ayuda de todo tipo a los pueblos en lucha fuera aún más efectiva, ¡qué grande sería el futuro, y qué cercano!...¨

Los pueblos organizados asumen el presente como protagonistas, una nueva correlación de fuerzas se afianza entre países hermanos y avanza por toda Sudamérica y el Caribe mediante la integración de experiencias democráticas.

El debate es basamento necesario para la batalla de ideas que nos ocupa: ¨La solidaridad con el pueblo y Gobierno de Cuba¨. Cada encuentro anual el MASCUBA traza un programa común de actividades y acuerda los ejes centrales de su accionar político conjunto. La autodeterminación y soberanía de los pueblos latinoamericanos y la unidad son indispensables para derrotar al imperialismo, al terrorismo mediático y al bloqueo de todo tipo. Porque no existe prisión donde quepa la fuerza solidaria de los pueblos, y es la lucha por la dignidad lo que encausa al hombre nuevo en todas y cada una de sus batallas.

Comisión Organizadora XI Encuentro MASCUBA.

martes, 11 de octubre de 2011

HOMENAJE AL CHE A 44 AÑOS DE SU CAIDA EN COMBATE

PROYECCION DE "CHE, UN HOMBRE NUEVO" EN EL CENTRO CULTURAL MUNICIPAL


Con una sala repleta de público, se desarrolló el homenaje a Ernesto Che Guevara a 44 años de su caida en combate organizado por la Casa de la Amistad Argentino Cubana de Trelew.
La actividad tuvo como telón de fondo el fuerte trabajo que la Casa de la Amistad viene llevando adelante para poner en práctica el programa de alfabetizacion cubano "YO, SI PUEDO".
La actividad comenzó a las 18:30hs con la apertura de la muestra de fotos de Ernesto Guevara, seguida de la proyección del reciente documental del argentino Tristán Bauer "Che Un Hombre Nuevo".
Creemos que mucho tiene que ver el Che con las misiones internacionalistas cubanas de hoy y en particular con el "YO, SI PUEDO" cuyo pilar fundamental es el trabajo voluntario tanto como la solidaridad internacional. Estos valores, fundamentales en la configuracion del Hombre Nuevo, son parte del legado que nos deja el Che como revolucionario y entendemos que tracienden incluso el invalorable aporte teorico-politico de sus escritos y discursos. La figura del Che es en si misma un ejemplo de coherencia y abnegacion, de voluntad de sacrificio y fe en el pueblo y una guía para la acción en el camino hacia una sociedad más justa.

CASA DE LA AMISTAD ARGENTINO CUBANA DE TRELEW



viernes, 7 de octubre de 2011

El Que Murio Peleando Vive en Cada Compañero

Homenaje en La Habana
Miguel Enríquez

Miguel Enríquez cayó combatiendo el 5 de octubre de 1974. Tenía treinta años de edad y era ya un aguerrido, lúcido y experimentado dirigente revolucionario.
Adolescente aún, abrazó la causa de los desposeídos, hizo suyos el dolor, la angustia y los sueños de los obreros, campesinos y pobladores. Desde su ingreso a la Universidad de Concepción, en 1961, se destacó en la conducción de los estudiantes que, ese año, manifestaron su repudio a la invasión mercenaria de Playa Girón. De su capacidad organizativa conocieron los mineros de Lota, Coronel y Schwager y los vecinos de los barrios marginales de aquella ciudad. En 1965 fue uno de los fundadores del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, y su secretario general desde 1967 hasta el día de su muerte.
El MIR nació y se forjó en medio de la represión de un régimen entreguista que, como revelan documentos oficiales finalmente desclasificados en Washington hace dos semanas, había surgido bajo la tutela y con los millones de dólares de la CIA en 1964. Ellos no pudieron evitar, sin embargo, el triunfo popular que se produciría en 1970, con la victoria electoral de Salvador Allende.
El MIR no formó parte del gobierno de la Unidad Popular, pero fue siempre leal al presidente Allende y acompañó al pueblo en aquellos años de esperanza y pelea y ocupó el primer lugar en la lucha contra el fascismo instaurado el 11 de septiembre de 1973, en un golpe de Estado brutal del que fueron responsables la CIA y sus solícitos empleados.
La vida de Miguel fue breve, intensa y rica. Su madurez y tenacidad, la profundidad de su pensamiento y el heroísmo de su conducta, nos recuerdan al Che y a Julio Antonio Mella, a Frank País, a José Antonio Echevarría y a tantos jóvenes que se crecieron ante los retos y las dificultades, que lo sacrificaron todo para ganarse el derecho a vivir, siempre jóvenes, más allá de su tiempo, como eternos jóvenes rebeldes.
Hace cuarenta años, lo mejor de la juventud chilena daba los primeros pasos hacia lo que después sería el Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Ni ellos ni nadie tenía idea entonces de hasta qué punto el imperialismo norteamericano penetraba en su país para dominarlo, impedir su liberación y crear las condiciones para, más tarde, hundirlo en la peor y más sanguinaria tiranía.
El movimiento popular chileno poseía una rica tradición de luchas, y había alcanzado un nivel de desarrollo excepcional. En 1958, cuando todavía los cubanos enfrentábamos la camarilla batistiana, en Chile el candidato de las fuerzas de Izquierda, Salvador Allende, estuvo casi a punto de ganar la presidencia en las elecciones generales de aquel año. Esa victoria impresionante era resultado exclusivo de los esfuerzos y sacrificios de sus trabajadores, campesinos y pobladores que habían sido capaces de avanzar en un continente donde abundaban gobiernos controlados por un imperio que había aplastado la revolución guatemalteca, domesticado a la boliviana e imponía el anticomunismo y la sumisión a sus intereses en la doctrina oficial que servilmente acataban, con la misma obediencia, militares genocidas y falsarios disfrazados de “demócratas”.
Después, triunfaría la revolución cubana y comenzaría un nuevo capítulo en la historia americana. Una nueva esperanza se abría ante los oprimidos. Su originalidad y autoctonía, por ser ella también fruto exclusivo de la historia de nuestro pueblo, serviría de estímulo para renovar el pensamiento y la acción revolucionaria y estimular la creatividad y la búsqueda de nuevos caminos para la toma del poder.
La década de los años sesenta planteó grandes desafíos al movimiento revolucionario latinoamericano. Por una parte, la experiencia cubana mostraba que un pueblo latinoamericano por sí mismo, sin la participación de aliados externos, podía conquistar el poder e iniciar el desarrollo de su propio camino independiente, pero debería encarar la más feroz, sistemática y total oposición del imperialismo, la agresión más prolongada de la historia, que aún perdura. Se cumplía el diagnóstico certero de Mariátegui: en nuestra América el socialismo no habría de ser “calco y copia”, sino, “creación heroica”.
Por otra parte, mientras a nivel global se iba dando un proceso de coexistencia y equilibrio entre las grandes potencias, crecía la confrontación entre los pueblos del Tercer Mundo y el imperialismo, que imponía guerras atroces en Argelia, el Congo, Vietnam y otros lugares. Los combatientes, entonces, tuvieron que librar su batalla en condiciones desfavorables para la unidad, como consecuencia de las contradicciones que dividían a los países socialistas y que eran exportadas, junto con estrecheces dogmáticas, insuficiencias teóricas y falta de coherencia en la práctica revolucionaria, hacia el resto del mundo.
La revolución cubana habría de ser un viento renovador que, inevitablemente, se desplazaría sobre todo el continente, atrayendo sobre todo a sectores juveniles que buscaban nuevas formas de lucha superadoras de la inercia y el seguidismo.
Hacía falta, ante todo, una nueva y radical militancia. “El deber de todo revolucionario es hacer la revolución”, proclamaba Cuba, resumiendo el espíritu de una época, pero recuperando también una verdad perdida muchas veces en interminables y estériles disputas. Esa fue la undécima tesis para la generación de los sesenta. No era una consigna hueca ni un llamado a un practicismo irresponsable y ruidoso. Hacer la revolución era, y es, transformar el mundo. Supone, en primer lugar, una ética de compromiso real, de verdadera entrega; no implica abandonar o subestimar la teoría sino que exige elevarla, perfeccionarla y enaltecerla en la práctica concreta; rescata la esencia de la actitud revolucionaria que debe ser -y será siempre- la perenne insatisfacción, la inconformidad permanente con lo alcanzado, la incesante persecución de nuevos horizontes. Implica la creación y el heroísmo, ambos ilimitados e inseparables.
Fue aquí, en nuestro continente, donde el marxismo renacido desplegó sus alas, quebró los lastres del reformismo y el sectarismo y alzó, vital y generoso, un nuevo internacionalismo, genuinamente solidario, que alcanzó su expresión más alta en Ernesto Che Guevara y sus compañeros en la guerrilla boliviana. El ejemplo y las enseñanzas del Che, que eran las de Fidel y la revolución cubana, inspiraron y guiaron a muchos jóvenes latinoamericanos. Entre ellos, Miguel Enríquez y los combatientes del MIR ocuparon un lugar de honor que asumieron en todo momento con modestia, sin vacilar, con plena consecuencia, con irreductible integridad.
Hace treinta años, Miguel, su compañera embarazada y otros dos militantes se batieron durante dos horas con centenares de matones fascistas. En el desigual combate, los revolucionarios sufrieron dos bajas: la de Miguel y la del niño que no pudo nacer.
El crimen llenó de gozo estúpido a la dictadura y contó con la bendición de los farsantes que seguían disfrutando, todavía en secreto, la generosa paga de la CIA.
Duele saber que los asesinos deambulan libremente por las calles. No sorprende conocer que sus cómplices, veteranos de las nóminas imperiales, se reúnen ya públicamente en Praga con sus amos a recibir la mesada que ahora les asignan para apoyar la guerra contra Cuba.
Se equivocan. Ni mataron a Miguel ni matarán a Cuba. Rendimos hoy tributo al hermano inolvidable desde esta isla, que él habita y será trinchera permanente, bastión invicto que nadie jamás podrá conquistar. Hablando del Che, Miguel dejó estas palabras también destinadas para él: “Aun después de muerto, él seguirá luchando con nosotros. Su ejemplo guiará nuestras acciones revolucionarias. Su muerte misma, luchando, nos ha enseñado, nos ha dado su ejemplo que ninguno de nosotros podrá olvidar”.
Nosotros tampoco olvidaremos, Miguel. Seguiremos luchando y tú lucharás con nosotros. Sabremos hacerlo, como tú, hasta el último aliento y contigo, hasta la victoria siempre

RICARDO ALARCON DE QUESADA (*)

(*) Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) de Cuba. Palabras pronunciadas en el acto en homenaje a Miguel Enríquez en el Teatro del Ministerio de Comunicaciones, La Habana, 5 de octubre de 2004.


PROPUESTA TATU P.T. - 3

jueves, 6 de octubre de 2011

Plaza Che Guevara en el Bolson

lunes 3 de octubre de 2011

SE INAUGURARÁ PLAZOLETA "ERNESTO CHE GUEVARA" EN EL BOLSÓN

El Bolsón (ANPP).- A partir de la iniciativa de los colectivos FM ALAS, y el Grupo "José Martí " de Solidaridad con Cuba y Los Pueblos en Lucha de América Latina de El Bolsón, se inaugurará este sábado 8 de octubre la Plazoleta "Ernesto Che Guevara". En efecto, el colectivo FM ALAS bautizó a este espacio verde con ese nombre hace ya más de diez años, y en su momento no había plazas que llevaran el nombre de este hombre ejemplar de nuestra América en nuestro país. Ahora, en trabajo conjunto entre ambos grupos, se propone darle un nuevo vuelco a esta larga historia, logrando que la plaza sea nombrada oficialmente por la municipalidad local a travéz de una ordenanza que establece su nombre y con el trabajo voluntario de compañeros de ambos grupos y muchas personas que se fueron sumando a la iniciativa.
Este 8 de octubre, se conmemora un año más del asesinato del Che en Bolivia por las fuerzas conjuntas de la CIA (central de inteligancia de Estados Unidos) y el Ejército Boliviano, cuando el Che intentaba extender el socialismo a otras partes del continente. El 8 de octubre murió un gran hombre, pero como dice la cantante mexicana Judith Reyes, "NO PUEDEN MATAR AL CHE"



NO PUEDEN MATAR AL CHE – Judith Reyes

Señores con su licencia le voy a cantar al che,
al Che Ernesto Guevara le canto con mi guitarra y les voy a decir por qué,
Porque su conducta ha sido de afán internacional,
Porque pa´ siempre se acabe en donde quiera que se halle la desigualdad social
cayó en suelo boliviano donde hay gran explotación del tungsteno y el estaño
Que roban año tras año los buitres de otra nación
El che Guevara decía si hay injusticia aquí yo soy soldado del pueblo
Y al débil yo lo defiendo porque para eso nací
El Che Guevara ha caído pero al mundo le diré
Vestido de verde olivo y políticamente vivo quién puede matar al che
Palomita guerrillera yo traigo en el corazón dolor por mi comandante
Pero seguiré adelante con esta revolución
“fue nacido en argentina y convertido en cubano pero América Latina lo considera y estima su mas grande ciudadano, no pueden matar al che”
De lo que pasa en Bolivia conviene decir aquí
Haré un poquito de historia no voy a hablar de memoria sino de lo que yo vi
Allá en la sierras del Chaco Bolivia se desangró
Un pueblo protagonista en el plan capitalista que siempre lo ametralló
Los gorilas del gobierno sólo piensan en matar
Y por si usted no lo sabe la masacre de Catavi fue cosa de un militar
Y hasta que el pueblo armado adueñase del poder
Nacionaliza las minas ya luego reparte las tierras y al voto lo hace valer
Pero el general Barrientos nos desnacionalizo
Al diablo la economía porque nuestra minería al yanky se la entregó
Palomita guerrillera yo traigo en el corazón dolor por mi comandante
Pero seguiré adelante con esta revolución
Por el trabajo en las minas debían de pagarte bien
Trabajas como ninguno y mientras te llevas uno el gringo se lleva 100
Por sufrir el boliviano tan tremenda explotación
El Che le dio su cariño y a pesar de los Patiño hará otra revolución
Y en tanto que el tiempo llega por entrevistar al che
Un periodista es juzgado por gorilas de un estado que el yanky mantiene en pie
la solución en Bolivia es algo de lo mejor
que agarre el pueblo las armas que el yanky se vaya al diablo y el bribón al paredón
Si en la lucha hay un caído el otro sostiene que
Vestido de verde olivo y políticamente vivo no pueden matar al che
Palomita guerrillera yo traigo en el corazón dolor por mi comandante
Pero seguiré adelante con esta revolución

Este sábado 8 de octubre te esperamos para compartir esta jornada de trabajo voluntario para inaugurar la Plaza Ernesto Che Guevara en frente de FM ALAS, en donde se pondrá un cartel, se armará un parquecito, y se compartirá algo para comer y tomar a la canasta.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Galeano y Haití


Haiti, Pais Ocupado
Eduardo Galeano
Enlace

Consulte usted cualquier enciclopedia. Pregunte cuál fue el primer país libre en América. Recibirá siempre la misma respuesta: los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos declararon su independencia cuando eran una nación con 650 mil esclavos, que siguieron siendo esclavos durante un siglo, y en su primera Constitución establecieron que un negro equivalía a las tres quintas partes de una persona.

Y si a cualquier enciclopedia pregunta usted cuál fue el primer país que abolió la esclavitud, recibirá siempre la misma respuesta: Inglaterra. Pero el primer país que abolió la esclavitud no fue Inglaterra sino Haití, que todavía sigue expiando el pecado de su dignidad.

Los negros esclavos de Haití habían derrotado al glorioso ejército de Napoleón Bonaparte, y Europa nunca perdonó esa humillación. Haití pagó a Francia, durante un siglo y medio, una indemnización gigantesca por ser culpable de su libertad, pero ni eso alcanzó. Aquella insolencia negra sigue doliendo a los blancos amos del mundo.

De todo eso, sabemos poco o nada.

Haití es un país invisible. Sólo cobró fama cuando el terremoto de 2010 mató más de 200 mil haitianos. La tragedia hizo que el país ocupara, fugazmente, el primer plano de los medios de comunicación.

Haití no se conoce por el talento de sus artistas, magos de la chatarra capaces de convertir la basura en hermosura, ni por sus hazañas históricas en la guerra contra la esclavitud y la opresión colonial.

Vale la pena repetirlo una vez más, para que los sordos escuchen: Haití fue el país fundador de la independencia de América y el primero que derrotó a la esclavitud en el mundo. Merece mucho más que la notoriedad nacida de sus desgracias.

Actualmente, los ejércitos de varios países, incluyendo el mío, continúan ocupando Haití. ¿Cómo se justifica esta invasión militar?

Pues alegando que Haití pone en peligro la seguridad internacional.

Nada de nuevo.

Todo a lo largo del siglo XIX, el ejemplo de Haití constituyó una amenaza para la seguridad de los países que continuaban practicando la esclavitud. Ya lo había dicho Thomas Jefferson: de Haití provenía la peste de la rebelión. En Carolina del Sur, por ejemplo, la ley permitía encarcelar a cualquier marinero negro, mientras su barco estuviera en puerto, por el riesgo de que pudiera contagiar la peste antiesclavista. Y en Brasil, esa peste se llamaba haitianismo.

Ya en el siglo XX, Haití fue invadido por los marines, por ser un país inseguro para sus acreedores extranjeros. Los invasores empezaron por apoderarse de las aduanas y entregaron el Banco Nacional al City Bank de Nueva York. Y ya que estaban, se quedaron 19 años.

El cruce de la frontera entre la República Dominicana y Haití se llama El mal paso. Quizás el nombre es una señal de alarma: está usted entrando en el mundo negro, la magia negra, la brujería...

El vudú, la religión que los esclavos trajeron de África y se nacionalizó en Haití, no merece llamarse religión. Desde el punto de vista de los propietarios de la Civilización, el vudú es cosa de negros, ignorancia, atraso, pura superstición. La Iglesia católica, donde no faltan fieles capaces de vender uñas de los santos y plumas del arcángel Gabriel, logró que esta superstición fuera oficialmente prohibida en 1845, 1860, 1896, 1915 y 1942, sin que el pueblo se diera por enterado.

Pero desde hace ya algunos años, las sectas evangélicas se encargan de la guerra contra la superstición en Haití. Esas sectas vienen de los Estados Unidos, un país que no tiene piso 13 en sus edificios, ni fila 13 en sus aviones, habitado por civilizados cristianos que creen que Dios hizo el mundo en una semana.

En ese país, el predicador evangélico Pat Robertson explicó en la televisión el terremoto de 2010. Este pastor de almas reveló que los negros haitianos habían conquistado la independencia de Francia a partir de una ceremonia vudú, invocando la ayuda del Diablo desde lo hondo de la selva haitiana. El Diablo, que les dio la libertad, envió al terremoto para pasarles la cuenta.

¿Hasta cuándo seguirán los soldados extranjeros en Haití?

Ellos llegaron para estabilizar y ayudar, pero llevan siete años desayudando y desestabilizando a este país que no los quiere.

La ocupación militar de Haití está costando a las Naciones Unidas más de 800 millones de dólares por año.

Si las Naciones Unidas destinaran esos fondos a la cooperación técnica y la solidaridad social, Haití podría recibir un buen impulso al desarrollo de su energía creadora. Y así se salvaría de sus salvadores armados, que tienen cierta tendencia a violar, matar y regalar enfermedades fatales.

Haití no necesita que nadie venga a multiplicar sus calamidades. Tampoco necesita la caridad de nadie. Como bien dice un antiguo proverbio africano, la mano que da está siempre arriba de la mano que recibe.

Pero Haití sí necesita solidaridad, médicos, escuelas, hospitales, y una colaboración verdadera que haga posible el renacimiento de su soberanía alimentaria, asesinada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras sociedades filantrópicas.

Para nosotros, latinoamericanos, esa solidaridad es un deber de gratitud: será la mejor manera de decir gracias a esta pequeña gran nación que en 1804 nos abrió, con su contagioso ejemplo, las puertas de la libertad.

(Este artículo está dedicado a Guillermo Chifflet, que fue obligado a renunciar a la Cámara de Diputados del Uruguay por haber votado contra el envío de soldados a Haití.)*

Eduardo Galeano**

4 de octubre de 2011